4 Cosas Que No Debes Hacer Con Tu Fondo de Emergencia

La mejor forma de no hacer retiros de tu fondo para tiempos de vacas flacas y gastarlos en caprichos, es guardar la clave de la cuenta en el fondo de una jaula donde tienes a un zorillo con rabia.

Tu decisión de crear un fondo de emergencia ha dado sus frutos y ahora tienes una cantidad significativa de dinero a mano, en caso de que se presente una sorpresa de naturaleza financiera. Pero ahora viene una parte un poco complicada, ¿qué constituye una emergencia? Esto es algo que debes definir, de otra forma, puedes terminar dilapidando el fondo de emergencia (FE) que construíste con tanto esfuerzo, en algo que puede perfectamente esperar. Para ayudarte con el proceso de definir qué constituye una emergencia, te voy a dar 4 ejemplos de esas “oportunidades que llegan una vez en la vida” y que tienen el potencial de ponerte en un estado de trance que facilitará la transferencia de dinero, desde tus bolsillos hacía los de la persona que está ofreciendo esa “oferta del siglo”.

1) Hacer una puja por una réplica del traje de Iron Man en una subasta. Lo sé, lo sé, no tienes que decírmelo. Es una maravilla con todos los aditamentos habidos y por haber, incluyendo una pantalla de visualización frontal completamente funcional, un sistema de enfríamiento líquido y altavoces envolventes, pero nada de lo anterior justifica que acerques tus manos pegajosas a tu FE. Mejor lleva el carro al taller para que le quiten ese traqueteo de los mil demonios, que te ha estado torturando cada día por los últimos 3 meses.

2) Construír un cañón de calabazas. La idea de lanzar calabazas de 50 libras por los aires, mientras las multitudes que asisten a la competencia Punkin Chunkin® gritan tu nombre sin cesar, hace que tu corazón lata más rápido. Si me lo permites, construír un cañón de calabazas puede ser muchas cosas, menos una situación de emergencia. ¿Por qué mejor no arreglas ese techo con goteras?

3) Comprar un lanzallamas de la Segunda Guerra Mundial completamente restaurado. La oportunidad de conseguir un lanzallamas M2 que puede escupir lenguas de fuego a distancias entre 20 y 40 metros, es algo que no se ve todos los días. El problema consiste en que a menos que lo vayas a usar para asar costillitas en cantidades industriales, no te va a servir para pagar la renta ni los servicios básicos en caso de que pierdas tu empleo.

4) Inscribirte en la Academia de Ninjas Sigilosos. Al fin conseguiste esa reunión con tu jefa para hablar sobre tu carrera en la empresa, pero en lo único que puedes pensar es en el brochure que describe las bondades del programa intensivo de la Academia de Ninjas Sigilosos. Sonríes y asientes a todo lo que tu jefa dice, mientras por tu mente desfilan imagenes en las que apareces lanzando las estrellas ninja con maestría o cubriendo tu retirada con bombas de humo. Y lo mejor es el precio...sólo $5,000 dólares. Toda una ganga. Aquí va un consejo que no me pediste. Resuelve de una vez esa situación con la muela del juicio que no te deja dormir en la noche. Una vez que termines de pagar la porción de la factura del dentista que no cubra tu seguro dental, entonces considera comenzar a ahorrar para que un día puedas ir a la escuela de ninjas. ☼

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Alex Guerrero es un aspirante a creador de contenido que vive en Lawrence, Kansas. Considera que la pizza de piña sólo debería ser usada como repelente de tiburones y que el chocolate nunca falla en hacer felices a las papilas gustativas.